lunes, 14 de enero de 2013

El idioma de los dioses

En la antigua mitología griega se creía que cada fuerza de la naturaleza que daba origen al universo se debía a la existencia de un dios. Así, por ejemplo, existía Zeus, dios del cielo y del trueno; Hades: dios del infierno; Poseidón, dios del mar, las tormentas y los terremotos. Y, ¿sabéis qué?, no creo que estuviesen en lo cierto, pero creo que podemos encontrar su analogía en la actualidad: los músicos.

Vivimos en una época en la que todo son problemas y preocupaciones. Nos evitan disfrutar un poco más de la vida, ¿y cómo lo solucionamos?: llorando, quejándonos, maldiciendo la vida que nos ha tocado... pero de repente oímos algo a lo lejos: música. Pero música que esta demasiado lejos para poder escucharla. Sin saber cómo, se nos ocurre subir su volumen y todo cambia: ya no existen los problemas, ahora hay solo soluciones.

Esta música ha sido compuesta por personas. Personas que no tienen un tridente como instrumento como Poseidón, sino que utilizan: guitarras, bajos, baterías, pianos... y sobre todo su voz. Personas que han conseguido, sin importar que tipo de música nos guste, ya sea: pop, rock, rap, reggae, blues o flamenco, un rincón donde refugiarnos de nuestros problemas. Y solo se nos ocurre responderlos de una manera... con piratería, pero es un tema en el que, al menos de momento, no pienso entrar.

No os estoy diciendo que cada persona que componga canciones sea una especie de dios, pero si aquellos dioses hablaran, os aseguro que lo harían a través de los músicos.

Así que, bajemos el volumen de los problemas y subamos el de la música.

Carlos M





viernes, 11 de enero de 2013

¿Valiente o cobarde?

El otro día, me contaron una historia que merece la pena que todo el mundo la conozca: un niño de 15 años tenía un perro, en concreto un labrador. Un día decidió que se había aburrido de él y lo metió en una habitación de 2 metros cuadrados sin ventanas ni luz. Lo dejó tres días encerrado sin comer, y al tercer día decidió hacerle una visita con otros tres amigos. Cada uno de ellos llevaba un tenedor y se fueron turnando para clavárselo en la espalda mientras, el que había sido su dueño, le engallaba con un trozo de carne. Repitieron esto hasta que finalmente decidieron largarse a hacer otra cosa.

Al día siguiente, repitió la misma operación, solo que esta vez con otros dos amigos nuevos, y en vez de tenedores, se "apiadaron" de él, y usaron lápices. Se los volvieron a clavar por todo el cuerpo y no consiguieron que el perro ladrara en ninguna de las ocasiones, pero comenzó a tener problemas al intentar andar por esa minúscula habitación y al perder la mayor parte de la vista, se fue dando con las paredes. Como en el día anterior, se aburrieron de él y lo volvieron a dejar encerrado.

Al quinto día, cansado de no poder utilizar esa habitación, el niño decidió coger un cuchillo de cocina de su padre, y acabar con la vida del animal, pero tuvo que ser a la segunda porque a la primera no acertó. Finalmente, el perro soltó un ladrido que no pudo ser ni escuchado. Al salir de la habitación, este chaval fue aplaudido por sus padres por lo valiente que había sido al tomar esa decisión.

¿Se te ocurre decir algo bueno del niño? ¿Qué es lo más fino que te sale? Sientes pena por el perro, ¿verdad? ¿Y que piensas de los padres?

En realidad esta historia me la he inventado, pero te pido que ahora cambies al perro por el toro; al dueño por el torero; a sus cinco amigos por los banderilleros; a los padres por el público; y que en vez de pensar que todos ellos son personas sin escrúpulos, te pido por último que los llames "artistas". ¿Verdad que ahora cambia la cosa? Así que, ahora pregúntate si lo que hace el torero al enfrentarse a un toro se trata de un acto de valentía o un acto de cobardía al darle apenas oportunidades.

Entiendo la diversidad de opiniones y respeto cualquier opinión que tengan los aficionados a la tauromaquia, por eso pido que se valore esta opinión desde el mismo punto de vista.

Carlos M.